Museo de la Aviación de Seattle

Seattle está definitivamente atada a la historia de la aviación, siendo sede de Boeing, uno de los mayores fabricantes de aviones de guerra y de defensa.DSC08022

Al sur de la ciudad, en Renton, entre Seattle y su aeropuerto comercial principal, está el Museo de la Aviación (Museum of Fligtht). Como corresponde, al costado tiene una pista (Boeing Field) y tiene algunas oficinas y plantas de Boeing cerca (no pegada pero cerca está una de las plantas de 737).

DSC08077

zona de entrega de aviones militares de Boeing

No requiere reserva para ingresar y se recorre libremente, abierto en este momento de 10 a 17.  Hay algunos tours, simuladores y películas que se pagan aparte, que no visité. Se puede consultar la página www.museumoflight.org

La primer sala es la Gran Galería, que tiene 39 aviones históricos y notables, desde la réplica del primer avión de los hermanos Wright, hasta bombarderos y cazas posteriores a la Segunda Guerra Mundial (incluye, pasando por algunos helicópteros y modelos Boeing (el museo destaca el 100 y el 80).DSC08064DSC08107DSC08074DSC08065DSC08061DSC08057DSC08056DSC08050DSC08047DSC08043DSC08037DSC08036DSC08031DSC08030

Se entiende como las primeras líneas estaban orientadas al transporte de correo y no de pasajeros. Y ver los primeros asientos de pasajeros, claramente no daban ni el confort ni la seguridad a las que estamos acostumbrados ahora.DSC08052DSC08025DSC08084DSC08054

Hay algunos que llaman más la atención como un 727 (una parte del mismo) que fue uno de los primeros éxitos masivos y donde estuvo transmitiendo Van Norden en RadioQV durante la entrega de los premios Freddy. Los lentes lo recuerdan.20180610_124839

Es una gran sala de exhibición, y recomiendo leer los paneles de información, donde se puede conocer como arrancaron algunos servicios, como evolucionó la aviación comercial y datos técnicos, por ejemplo, como se numeran las pistas.

Hay una mención al proyecto Perlan, que nos une, por ser un proyecto de planeador presurizado, que se lanza desde El Calafate por ser el mejor punto para los estudios del mismo y que en estos días está en una nueva etapa en el sur.

Otro sector relevante es lo que sería la primer fábrica de Boeing, el Red Barn, que además de mostrar las herramientas tiene referencias históricas y de como fueron evolucionando los aviones para satisfacer los servicios las grandes líneas del momento, como PanAm y TWA.DSC08175DSC08111

Aca les dejo las imágenes de los fundadores de cada fábrica importante de aviones norteamericana. Mucho debemos a estos locos.

La última sala de este lado es la dedicada a la Segunda Guerra Mundial. Ahí se encuentran modelos de todos los países, explicados en muchos detalles. Están ambientados y puestos en forma progresiva de desarrollo. Es notable el cambio en esos 5 años de batallas.DSC08127DSC08132DSC08134DSC08137DSC08138DSC08144DSC08157DSC08161DSC08164DSC08168

Tiene un sector dedicado al rol de la mujer en la guerra

Del otro lado de la ruta, por un puente, se accede al Pabellón de la Aviación.

Antes se pasa por un sector dedicado al Espacio, con una replica usada para entrenamiento del Transbordador, más algunas piezas reales de la carrera espacial.

Finalmente, lo que completa este hermoso entorno, es este hangar con una colección de aviones totalmente reales que incluyenDSC08302

el primer Jumbo,

uno de los primeros 787, de los que se usaron de testeo

un Concorde de British Airways. De este me encanta resaltar que distaba del espacio que hoy se relaciona con el lujo y que las ventanillas realmente eran pequeñas. Entre Jumbo y Concorde, realmente había dos conceptos distintos de viaje. Además se puede apreciar como castiga el tiempo con la corrosión.

El primer avión jet Presidencial norteamericano, un 707

Otros aviones como un B39, un B17, 737, 727

Como está tan cerca de Seattle Tacoma, se pueden apreciar los tramos finales de algunos aviones actuales

Es un excelente museo, distinto a los de bellas artes, muy recomendable para chicos y adultos, porque estar al lado de semejantes monstruos o ver algunas aspectos no habituales, como cabinas o aviones que parecen de maquetas solamente, lo hace entretenido.

Para compensar, cerca hay un Ikea para completar el día.

17 millas y una yapa

Hace una semana te contaba de Carmel en esta publicación http://raspandoelmapa.com/2018/07/09/home-by-the-sea/ y mencionaba que de ahí había dos actividades entre otras, para realizar: visitar el camino de las 17 millas y Monterey.

Vamos por el camino primero. Se trata de una ruta que une Carmel y Monterey, bajo administración privada. La entrada cuesta USD 10.25 y es solo para autos. No se admiten motos, y los peatones y bicicletas (hay muchos que hacen este recorrido) no pagan.DSC05922

Dicen que tiene exactamente 17 millas y que su punto más famoso, el Ciprés Solitario, está a mitad de camino.DSC05886DSC05880

Este árbol está en un promontorio separado de la costa, pero pegado a ella. Hay un mirador para verlo en forma perfecta de varios ángulos. Dos advertencias: es uno de los árboles más fotografiados del mundo, algo así como la Gioconda de los árboles, por lo que no esperen estar muy solos ni conseguir una foto exclusiva.

De todas formas, es un ejemplar de más de 250 años, muy característico, increíble el lugar donde se desarrolló y vale la pena la parada para disfrutar un momento con otros viajeros. Con suerte, tendrán unos cinco minutos antes de que llegue el siguiente tour.

Pero el resto de camino también vale la pena y es por lo que hay que hacerlo con tiempo. Hay muchos miradores en acantilados, accesos a playas de arena muy blanca y fina, similares a Carmel, casas espectaculares que se pueden ver desde el camino.DSC06015DSC05985DSC05958DSC05876

Un punto muy atractivo y que fue el más me gustó personalmente fue Bird Rock Vista Point. Es una especie de rambla, donde si bien paran muchos para pasar el rato, es tan amplia que podés tener tu momento a solas en algún banco.DSC05928DSC05931

Hay un promontorio muy cerca de la costa, donde los lobos marinos trepan para descansar y desde la orilla se los escucha perfecto y uno con la cámara o un largavistas trata de divisarlos cuando suben, tan torpes como ágiles. Recomiendo pasar un rato descansando por ahí.DSC05890DSC05938DSC05950DSC05955DSC05956

Dado que lo recorrí en sentido Carmel-Monterey, el primer sector es el boscoso y de costas más altas y el final es de playas más abiertas y vegetación baja. Hay además un sector de bosques que se puede visitar (The Crocker Cypress Grove) que estaba temporariamente cerrado por algunas reformas. Suele suceder.DSC05907

Otro punto destacado es Spanish Bay, una playa en forma de bahía con varias paradas que valen la pena, como Restless Sea (donde el mar golpea las rocas y tratás de sacarle a la ola más llamativa), la playa en sí, muy rocosa, pero con muchas aves, y el faro, que está más tierra adentro, pero al que siempre es lindo acercarse.DSC06026DSC05977DSC06015DSC06018DSC06030

Todo este recorrido está acompañado de campos de golf, que se cruzan en el camino (de hecho, hay varias advertencias de cruces a nivel con los carritos) y que incluso llegan a la orilla del mar.

El más reconocido es Pebble Beach, muy cerca de la entrada de Carmel. Ahí ya están preparando todo para el USOpen 2019 que se jugará por sexta vez en esa cancha. Es el que más veces lo ha recibido (va rotando todos los años).

Como el Club House es parte de un resort, se puede estacionar y pasear por el camino que une los hoyos y apreciar las casas y links en forma directa. Si lo hacen durante el próximo año, reconocerán después en la trasmisión los lugares. Vale la pena por la vista.

Además, tiene un bar y restaurant, no extremadamente caro, donde de si la consumición supera un mínimo de USD 35, se puede usar el ticket de entrada del auto para compensarlo como parte de pago.

Hay también un pequeño centro comercial, muy dedicado al golf obviamente, y un pequeño mercado, donde se puede comprar todo lo necesario para almorzar en cualquier lugar del recorrido. La oferta de vinos es lo más importante, así como muchos productos japoneses, por si quieren curiosear.

Cuando se va llegando al final, uno llega al Parque Lovers Point, ya ingresando a Monterey.DSC06043DSC06033DSC06031

Desde ese momento se puede apreciar la diferencia entre Monterey y Carmel. El primero es un puerto pesquero básicamente y el segundo un balneario de hermosas playas. Por eso es que Monterey se ha ido transformando de una enlatadora de pescados en un base de descanso para visitar este tramo de la Ruta 1, incluso hasta Big Sur.

El Canery Row es el sector de las viejas procesadoras de pescado, que fueron quedando obsoletas y que se transformaron en un acuario (que no visité) que dicen muy recomendable para chicos, comercios de los más diversos gustos, y hoteles de todas las categorías posibles.DSC06050DSC06057DSC06054DSC06051DSC06059DSC06065DSC06071

Es una ciudad para pasear tranquilo, entretenerse con la oferta gastronómica y si uno prefiere gastar menos, definitivamente alojarse en alguno de los hoteles más alojados de la costa. Las distancias son cortas, el transito es totalmente manejable y Carmel por la ruta directa está a menos de 5 millas.

Justo el día que pasé por la tarde había un mercado, de los que crucé muchos en este viaje, donde te podés mezclar con los locales, que salen a disfrutar del buen clima, comer algo distinto a lo habitual, y tomar unas cervezas con amigos.

Por suerte, viajar sin tanta planificación ajustada, te permite salir del cronograma sin atrasarte y disfrutar.

Primer joyita: Dresden

Todos tenemos grandes ciudades favoritas, que en una primera visita a Europa o EEUU casi no se nos ocurre no visitarlas. Nueva York, Boston, Chicago, Londres, París, Roma, Berlín o Madrid podrían estar en esa lista rápida. Pero dependiendo de como uno organice los traslados, a veces podemos incluir algunas ciudades más pequeñas y menos renombradas, que en esta sección mi intención a ayudarte a conocerlas.

Uno de los países que más me ha impactado en todo sentido es Alemania. Lamento no haber llegado a conocerla antes de la reunificación, o apenas sucedida. Pero hay lugares que te dan pistas de los cambios.

La primera vez que la visité fue en 2011 en mi único “Full Train-trip”, que arrancó en Praga y terminó en Londres. De Praga camino a Berlín, muchos pasan el día por Dresden. Incluso algunos la hacen por el día haciendo un ida y vuelta rápido desde cualquiera de estas dos. Yo de entrada decidí hacer un par de noches ahí, aprovechando un muy buen precio en un hotel que recién abría y por lo tanto, sus tarifas trataban de atraer a sus nuevos visitantes.

Dresden es conocida como la joya del Elba, por el río que la atraviesa. De un lado, el más visitado en esas paradas cortas, quedan muchos de los puntos turísticos, pero del otro, hay recovecos y situaciones que vale la pena recorrer.

dresden141

Fue sede del soberano de Sajonia en el siglo 15 y de esa época quedaron muchos edificios y tesoros.

Pero en la Segunda Guerra Mundial, aun sin muchas explicaciones consistentes, fue arrasada por un bombardeo aliado en febrero de 1945. No era un centro industrial ni militar que justificara bajo ningún aspecto semejante ataque.

Quedó desvastada

Luego, quedó en lo que sería durante décadas República Democrática Alemana o Alemania Oriental.

Muchos de esos monumentos y tesoros quedaron sin restaurar. Su principal plaza, a unas pocas cuadras de la estación de trenes comenzó a trastocarse en edificios de hormigón de clara inspiración soviética, incluyendo el Palacio de la cultura (Kulturpalast Dresden). Otros quedaron totalmente condenados a un ostracismo de décadas.

dresden013

Llegó la reunificación alemana. Y había que revivir esta ciudad histórica.

Reconstruyeron su principal iglesia, FrauenKirche, con los mismos elementos que Alemania Oriental había dejado derrumbados como monumento para mostrar la barbarie aliada. Eso termino en 1995 (6 años después de la reunificación, para que tengan dimensión de la velocidad de la tarea)

Volvieron a renacer esas demostraciones que iban contra los conceptos que sostenían los anteriores gobernantes. Restauraciones paulatinas pero continuas. Todo esto pasó en esos primeros 25 años de reunificación. Trabajo imposible de imaginar sin una monumental tarea de planificación.

Y reaparecieron los visitantes, primero alemanes seguramente. Pero tímidamente los extranjeros. Y lo que pude vivir en los lugares menos turísticos fue ese cierto temor y recelo de aquellos que se criaron en un ambiente comunista y de pronto, tuvieron que aprender que el capitalismo había cambiado sus vidas (viste Good Bye Lenin, es una comedia que retrata el impacto de ese cambio).

Personas de 40 años, habían pasado su adolescencia con unas creencias que de golpe les habían cambiado totalmente, en forma arrasadora. Mucho de los más jóvenes se habían mudado a la parte occidental. Pensá que cuanto mayor es la persona, más difícil es un cambio cultural tan drástico, más allá de su deseo. No lo había experimentado nunca! Si tantos años después lo podía palpar, lo que debe haber sido más cercano a la caída.

Y parte de la ventaja de esta ciudad para ver estos cambios es su tamaño mucho menor a otras y en cierta forma que aun había estado fuera de los circuitos turísticos.

Además de los lugares más reconocidos como el Neuemarkt, centro histórico totalmente reconstruido y de estilo barroco, la Semperoper, el viejo teatro de ópera, el Zwinger, un palacio barroco para fiestas, la Kreuzkirche o Iglesia de la Cruz, el Albertinum, museo de arte y la RezidenSchloss con su Grünes Gewölbe (residencia de los reyes sajones, con Museo de la Bóveda Verde, que como leí en mi guía, es una versión de la cueva de Aladino, pude ver tranquilo como habían aggiornado del otro lado del río viejos edificios.

dresden011

Altmarkt

dresden225

Fürstenzug (Procesión del Príncipe). Fachada de mosaicos de 102 metros donde eran los Establos Reales

dresden243

Semperoper (teatro de la Opera)

dresden250

Hofkirche. Iglesia barroca de 1755

dresden249

Zwinger

Para los que aman los autos, está la fábrica de Bentley y Phaeton, que se puede visitar desde el hall, ya que es totalmente vidriada. Se llama Gläserne Manufaktur.

Y siempre que visiten un museo europeo, piensen que en el esfuerzo que hubo en preservar durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial las piezas que hoy los siguen adornando (no pienso por ello que algunos no dejen de pertenecer a sus lugares de origen) o en restaurar esos edificios a su esplendor original.

Volví a visitarla en 2013, yendo de Viena a Berlín. Hice una escala para comer y caminar rápidamente por esas calles que me habían enamorado. Pero en ese momento, Dresden transmitía cierto miedo, ya que el Elba estaba tremendamente crecido y sus costas estaban preparadas para evitar inundaciones o evacuadas. Por suerte, esa vez no paso a mayores.

 

Es una ciudad espectacular floreciendo nuevamente, que merece un tiempo. Conocer sus tesoros. Ir por el lugar menos transitado. Sabés lo que es a la noche recorrerla solo, cuando los visitantes por el día volvieron a sus hoteles en otras ciudades? Ese es un placer único.