Camino Portugues – Etapa 2 – Mos-Pontevedra

Como costo salir de mi casita rural, más sabiendo que tenía por delante la etapa más larga de este recorrido. La etapa 1 era historia (Camino Portugues Etapa 1 Tui-Mos)

Me pregunto para donde quedará el camino?

Era domingo y la tranquilidad de estos pueblos se notaría todo el día.

Arrancó con paisajes rurales y un par de mojones romanos, que en este caso se llama miliario (piedras redondas que se ponían para indicar distancias, mil pasos o milla romana, 1480 metros).

Miliario o Mojón romano

Casi sin darme cuenta, la energía que sobra los primeros kilómetros, a medida que me iba acercando a Redondela, se abría el paisaje. Hay una bajada bastante pronunciada antes de entrar en Redondela, que permite ver ampliamente ese valle que te acerca a la ria de Vigo. Rodeado de casas que descansaban mas fuertemente del trajín de la semana.

La tranquilidad del domingo cortada por peregrinos en bicicleta
Bajando a Redondela, con la ria de Vigo al fondo

Llegando a Redondela

A pesar de seguir siendo pueblos, se nota que estamos en los suburbios de Vigo.

FIN DE LA SEGUNDA ETAPA NORMAL

Convento de Vilavella – Redondela

Llegar a Redondela marcó lo hubiera sido la segunda etapa normal, por lo que podía festejar con un tentempié de media mañana, mientras la gente salía de misa del Convento de Vilavella, el comienzo de la tercera.

Redondela
Vias ferroviaria aerea – Redondela

Redondela es otra pequeña ciudad, pero el alma dominguera de pueblo no se le va. Bastante presente la piedra en todo su transcurrir por el centro. Lo más llamativo es una via férrea que cruza a altura. No pude verificar si estaba en funcionamiento.

Me ofrecieron masajes, pero creo que no seguia más

La gran sorpresa fue que al unirme acá con el Camino Portugués de la Costa, me encontré con una marcha que venia de Vigo e iba para Pontevedra, una movida llamada “700 camisetas por la vida”, en solidaridad contra la leucemia. Además de la marea de 700 camisetas rojas, el apoyo logístico era envidiable y puso a prueba los servicios domingueros.

Puente de Rande, con marisqueras en la Ria de Vigo

Una de las vistas más lindas, fue ver a lo lejos la Ria de Vigo y su Ponte de Rande que tantas veces crucé, pero nunca había visto desde el fondo de la ria.

El camino volvió a transformarse en rural, pero más montañoso, aunque sin problemas de ascensos y descensos (salvo para las bicicletas, que tenían varias advertencias de caminarlas en algunos tramos)

Nunca vas a estar solo mucho tiempo

Para cuando llegue al Puente Medieval de Pontesampaio, un cartel advertía que ese el último lugar de comida hasta Pontevedra (restaban unos 10/11km). Menos mal que le creí.

Puente medieval de Pontesampaio
Rio Verdugo – Pontesampaio

Por suerte encontré una mesa sobre la calle, mirando el puente sobre el rio Verdugo, con el movimiento de camisetas rojas, motoqueros de domingo y algunos peregrinos (éramos minoría). Muy animado y distinto. Sociable, ya que ahí fue donde me puse a charlar con un padre e hijo que me contaron de la movida y terminamos hablando del camino, Argentina, inflación y empresas. El verdadero cambalache, pero entretenido.

Para los que sigan por acá, algún amigo me dijo que había un camino complementario más corto por acá. No lo vi. Estimo que no es una leyenda porque cruce a pocos hasta al final y realmente este tramo fue muy solitario.

TRAMO FINAL

Capilla entrando en Pontevedra
Uno de los tantos cruceiros del camino

La entrada de Pontevedra fue eterna. Poco movimiento por domingo y camino poco transitado evidentemente. Atravecé un tramo de obra de ruta en construcción (raro ver esto). El calor y la acumulación de kilómetros (llegue a los 30 en este tramo sui generis) se notaron.

Solo saber que llegaba a mi ciudad gallega, me alentaba, pero hasta que no llegué a la estación de tren, no veía nada conocido. Una hermosa ampolla en la planta del pie tampoco me ponía de buen humor.

Entrando en Pontevedra

Llegar a la Peregrina, donde estaban las 700 camisetas haciendo bulla, le puso vida. Encontré a mis amigos de almuerzo y nos saludamos con sonrisa real. De ahí a “casa” eran 200 metros. A cambiar la mochila. Si quieren saber más de Pontevedra, acá está el post de la visita anterior Pontevedrate en Pontevedra

El loro Ravachol recibiendome en La Peregrina, al final de la segunda etapa

 

Home sweet home

El viaje sigue en Camino Portugués – Etapa 3 – Pontevedra – Caldas de Reis

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