Es uno de los trenes históricos y turísticos mas conocidos de Noruega, que recorre entre Flam y Myrdal.
El tren Flamsbana en la estación de Flam
Es histórico pero no viejo. Sus interiores de madera te indican que la idea es disfrutar de algo distinto.
Interiores de madera para el tren que lleva una hora de viaje
Como la ubicación es libre, le pregunté a una de las asistentes de que lado me convenía sentarme y me dijo del derecho, aunque de ambos se disfruta. Mi sensación final es que fue 60/40 a favor del derecho. Por ello no conviene perder mucho tiempo en elegir. Entren rápido y busquen uno cómodo, porque se van a mover de lado a lado, y la gente comparte su acceso a ventanilla, que son bien grandes para ver plenamente todo.
Los amigos ticos absortos por un paisaje nuevo.
Semi túneles, que permiten al mismo tiempo ver el paisaje.
El tren va entre montañas, ríos y cascadas, túneles y pasajes, que cambian los estímulos de vista constantemente. Desde el comienzo se disfruta. En este sentido es un ascenso hasta Myrdal y de hecho los vagones tienen marcadas las poblaciones (caseríos les diría), que va pasando, con la altitud a la que se encuentra cada una. 
El valle es angosto y va cambiando de imagen en todo el ascenso
Caser[ios en el medio de la naturaleza
El rio Flamselvi
Postales del recorrido increible del tren
El rio y los senderos para bicicletas
Las vueltas de las curvas del recorrido van permitiendo ver desde distinto ángulos todo.
La cuesta de Myrdalsvingane (como para hacerle una zamba)
La cuesta a distancia
Parada en la cascada de Kjosfossen, la principal del trayecto
Tiempo para descubrir los duendes de rojo en la montaña
Al llegar a la cascada Kjofossen, que se puede llegar solo por el tren, hace una parada y todos bajamos a la plataforma a sacarnos fotos. En esos 5 a 10 minutos de puro show natural, a lo lejos se ve una bailarina con música vikinga, actuando como un duende entre el paisaje. Aporta al momento aunque la cascada en sí seria suficiente para alegrarte la jornada, ya que es muy fotogénica. 
Luego, vienen unas vueltas que sirven para tomar altura y llegar a la parada final que es Myrdal. El recorrido tiene 20 kilómetros, 20 túneles y llevo 20 años su construcción y es de los más empinados en tu tipo. A su lado en algunos tramos se ve el sendero para hacerlo en bicicleta (era donde transportaban los materiales durante la construcción)
Con la altura llega la nieve
Hotel Vatnahalsen, ya llegando a Myrdal, donde la nieve sigue presente casi llegando al verano
La estacion de Myrdal y el tren que nos llevo
Lejos de apunarme
En pleno comienzo del verano, a poco mas de 800 metros, estamos rodeados de nieve y hielo, aunque no hacia frio. Hay un tiempo de espera, que sirve para recorrer la estación, tomar un café y esperar el ultimo tren, en mi caso, hasta Oslo. Pero eso es parte del próximo post.