Como final del recorrido de Francia en 2015, con la intención de visitar el valle del Loire y sus castillos, decidí alojarme en Tours por dos noches, para usar un día recorriendo los castillos de Chenonceau y Chambord, que son los que había seleccionado. Hay otros muy recomendados por la guía Michelin, pero prefería no correr
Tours es una ciudad pequeña, que no llega a 150000 habitantes, por lo que con una tarde es suficiente para recorrerla tranquilo. Pero tiene el tamaño adecuado para que a la noche haya algo de movimiento.
La primera parada fue la Catedral de St-Gatien, reconstruida durante 250 años luego de un incendio en 1235. Tomen dimensión de los números.
Tanto tiempo llevó la restauración, que hay cierto mix de estilos. Lo que más me llevaron la atención fueron sus vitrales y su claustro (patio interior), llamado La Psalette
Pegado a la catedral, está el antiguo palacio del Arzobispo, que hoy aloja el Museo de Bellas Artes. Como soy de los museos, y encontré una linda colección.
De ahí seguí paseando por la ciudad vieja, hasta llegar a la vera del río, que a la noche es donde se pone más entretenido, ya que siendo fin de semana, había mucho movimiento joven (y fui a ver si se me pegaba algo)
El centro de la ciudad es muy simpático y tranquilo para terminar de hacer alguna compra. Incluso tiene un Galleries Lafayette, que encontré con liquidaciones que no pude eludir.
La Place Plumereau es una plaza llena de restaurantes y bares, imposible de no visitar. Esta rodeada de casas de madera y piedra.
Chateau de Chennonceau
Este pequeño castillo de comienzos del siglo XVI se levantó como un puente, casi cruzando el río Cher (no llega a la otra orilla). Se construyó sobre los cimientos de un molino.
Es conocido como el castillo de las mujeres, ya que sucesivamente perteneció a 6, cada uno le iba dando su impronta.
Tiene numerosos elementos decorativos y en el gran hall hay muestras que describen la evolución del castillo.
Los jardines que están a su izquierda son parte obligada de su visita. Muy cuidados como corresponde al estilo francés.
Los parques alrededor son muy lindos y fáciles de recorrer. Incluso hay viveros de rosas.
Chateau de Chambord
A diferencia del anterior, por ser del Rey y no de una de las favoritas, es un castillo enorme, que además de los aposentos del Rey, tenía lugar para toda la corte.
Es amurallado y está rodeado de bosques que se usaban para cazar y tiene un canal que serviría para pasear o andar en bote, ya que esas eran las distracciones de la época
Sus habitaciones son mucho más grandes pero mucho menos decoradas
Las chimeneas se alzan a lo largo de todo el techo
Uno de sus aspectos distintivos es una gran escalera central doble, donde nunca se cruzan ni se ven los que van en cada una de ellas. Ingeniosa, se dice que fue diseñada por Leonardo Da Vinci
Desde la terraza el Rey y sus allegados veían los torneos y festivales
Sus habitaciones están menos decoradas y contienen menos amoblamiento que Chenonceau, pero la fastuosidad de su tamaño e historia, hacen que la visita al castillo de Francisco I sea condición necesaria del recorrido del Valle del Loire