El otro día hablábamos de lugares que superaron nuestras expectativas. El Glaciar Perito Moreno definitivamente entra en esa lista.
Tuve la suerte de visitarlo en 2012. Dos veces en el mismo año, aprovechando viajes laborales. Entre ambas completé dos situaciones totalmente distintas y altamente recomendables.
Si alguno no lo sabe, el glaciar baja entre montañas y avanza sobre el Lago Argentino, llegando a separarlo en dos, como un dique de hielo. Esto hace que el brazo Rico comience a elevarse al no poder desagotarse, ejerciendo presión sobre el glaciar, hasta que las filtraciones hacen que se rompa, literalmente. No es un problema del calentamiento. Mientras se rompa, es que está avanzando.
Volviendo a las visitas, en la primera opté por la caminata sobre el glaciar. Es una excursión que tiene dos modalidades, una corta y otra más larga, llamada Big Ice. Opté por la primera.
Te pasan a buscar por el hotel, muy temprano, ya que el parque está a 80km de El Calafate. Tenés que llevar abrigo, lentes (por el reflejo del sol), guantes (para evitar cortes en caso de caída), calzado adecuado y el almuerzo, ya que no lo proveen y no hay donde comprarlo (en mi caso, el hotel lo proveía con cargo)
Se llega al muelle y se cruza el brazo Rico, ya que la excursión se realiza desde el otro lado del lago.
Cada grupo va con un guía que va dando las características y luego prepara la caminata. En mi caso, tuve la alegría de que la casualidad hiciera que el mío fuera al único que conocía personalmente con anterioridad (pareja de la hermana de la amiga de una compañera de trabajo anterior. Es otra historia, pero nos divertimos mucho en Miami una vez)
Cuando llega el momento de subirse al glaciar, te hacen poner unas grampas que se atan al calzado, como viejos patines. Evitan resbalones y son muy fáciles de usar. Pero es por estas cosas que uno debe estar en condiciones físicas mínimas y ambas modalidades tienen limitaciones de físico y edad.
La caminata es entretenida. Uno va viendo grietas, hendiduras y toma dimensión cuando ve otros grupos a lo lejos. Las fotos no hacen honor a las sensaciones. Se va seguro y tranquilo. Los blancos, grises y azules están ahí nomás.
Los tips y comentarios del guía sobre los años que lleva que el hielo llegue hasta ese lugar y como se va formando y moviendo o lo que se te ocurra se van develando a lo largo del recorrido.
El final es el que ya saben muchos. Un whisky espera ser servido con hielo puro de cientos de años. A mi no me gustaba el whisky hasta ese día. No sé si fue la circunstancia o que no había probado el correcto. Pero digamos que se lo debo al glaciar.
Vueltos a la base, se almuerza y luego se hace la navegación por el lago, donde uno está frente a las paredes de 60 a 80 metros y de vez en cuando se escucha tronar por las caídas aleatorias. SE MUEVE Y SUENA!!!
Seguían las pasarelas, pero se iba mi vuelo y ya había hecho los arreglos para volverme.
La suerte hizo que pudiera volver a fines de ese año. Y ahí pude complementar la visita. Hice nuevamente la navegación (nunca está mal) y después hicimos las pasarelas. Y el asombro fue mayor aún.
Es increíble bajo cuando cualquier dimensión la vista desde las mismas. El glaciar se lo puede ver bajando desde lo alto de la montaña. El recorrido cambia de ángulos con cada avance. Se ven más caídas. Se escuchan truenos y te desespera tratar de adivinar donde está cayendo una pared de decenas de metros. Es totalmente indescriptible. Para pasar horas mirándolo.
Como había roto entre las dos visitas, además pude ver claramente lo que significa la diferencia de niveles y de avance.
Fui con expectativa y logro superarla en las dos ocasiones. Si no pueden llegar a hacer la caminata por limitaciones físicas o de edad, no se preocupen. Las pasarelas lo compensan con creces. Creo que esa vista es uno de los imperdibles de la vida. Uno se siente mínimo como ser y maravillado totalmente por la naturaleza.
No he ido a los otros glaciares del Parque, por lo que no puedo aportar en ese sentido.
Si el Museo del Hielo que es entretenido (está cerca de la ciudad). Tiene el bar de Hielo, algo que se encuentra en muchos lugares, pero si van en grupo es divertido por las fotos y las bebidas en vasos de hielo.
La ciudad es agradable y hay muchas artesanías, dulces regionales y por supuesto, chocolates.
También a veces, si el Comandante del vuelo lo puede realizar, se acercan para que se pueda ver desde el aire y ahí tomar otra dimensión de esta gracia que nos tocó como país.