Cuando comencé a programar el viaje por Bretaña y Normandía, Nantes no era el primer nombre que se me venía a la mente. Bretaña es una unidad, pero sinceramente no conocía los nombres de lugares que visitaría. El primero fue Nantes.
Técnicamente, hoy no es Bretaña sino que pertenece al Departamento de Pays de Loire, pero ellos se sienten bretones y de hecho, en alguna época fue su capital (hoy es Rennes). Los Duques de Bretaña se asentaban ahí y dejaron un castillo que es una de las principales atracciones.
Este ducado era tan poderoso, que para unirlo al Reino de Francia, la Duquesa Ana terminó en matrimonio con el Rey Carlos VIII y a su muerte, con el Rey Luis XII. Previamente había estado más relacionado con galos (por algo es Gran Bretaña) y germanos. Por ello es que Asterix estaba situado por esta zona (los menhires siguen estando, pero lo dejamos para otra publicación).
Nantes es una gran ciudad, con aires propios. Toda su área metropolitana tiene alrededor de 900.000 habitantes, pero su centro histórico está bastante concentrado y permite recorrerlo muy bien en un día completo y se puede usar la ciudad como base para recorrer lugares cercanos.
Es una ciudad muy activa, con muchos bares y lugares para comer, pero también con muchos espacios públicos que se usan para hacer encuentros (picnics o cervezas). Es una ciudad con una universidad importante (el hospital sobre el rio muestra la importancia de esa rama en particular).
Los inicios de la ciudad fueron por su puerto, sobre el rio Loire. Por la acumulación de sedimentos, las operaciones se fueron acercando directamente al océano, pero en la ciudad quedaron los mercaderes. Por ello, se siente en el recorrido cierta riqueza y variedad en el tipo de comercio, que me llamó mucho la atención.
Cuando visité el Museo de la ciudad, dentro del Castillo, entendí la fuente de su riqueza, que no ocultan, pero que no enorgullece: Nantes era el centro del tráfico de esclavos francesa. Más del 70% de los esclavos de Francia pasaban por ahí.
Ese detalle permite entender el poderío de los comerciantes de la ciudad, su puerto, y algunos monumentos que se encuentran sobre el tema.
Castillo de los Duques de Bretaña
Este castillo está en el centro de la ciudad. Su ubicación es sobre uno de los brazos del rio Loire, pero este terminó desapareciendo por acumulación de sedimentación. De todas formas, está excelentemente conservado.
Se pueden recorrer sus murallas y acceder a las fosas, que la gente usa como parque.
Es el principal centro cultural de la ciudad. En las murallas mismas hay muestras (en ese momento era de fotografías) y en sus edificios internos está el Museo de la ciudad y algunas muestras temporarias.
Murallas del castillo
El patio interno es muy importante y en esos días se disputaba en él el Open de Francia en Squash y aun así se podía circular tranquilamente, aunque te arruinaba un poco las fotos.
Aun sin entrar al museo, el recorrido de las murallas vale la pena.
Museo de la ciudad
Como anticipé, está dentro de los edificios del Castillo. No soy muy adepto a estos museos salvo que me interese mucho la ciudad como historia. Me terminó sorprendiendo.
Ahí termine de entender el poderío histórico de la ciudad y sus orígenes. No oculta de ninguna manera su participación en el comercio de esclavos.
Es muy didáctico, permite conocer todos los rincones del castillo y muchas de las explicaciones están en castellano (además de la audioguía que es muy buena).
Tiene una parte dedicada a cada etapa de la evolución de la ciudad, incluyendo la parte industrial alimenticia (las galletas bretonas de manteca son tan famosas como las danesas) y luego de visitarlo, se descubren rincones históricos.
Había un par de muestras temporarias interesantes, aunque les dedique menos, referidas a las tribus del Amazonas y la evolución del Rock de Nantes (parece que hay muchos grupos surgidos de acá y eso tiene que ver con la vida de la ciudad)
Gastronomía
Recorrer el centro comercial de la ciudad es toparse con negocios dedicados a productos regionales, pastelería especialmente, que te tientan en cada cuadra. Lo que no pude dejar de probar de ninguna forma es la gateau nantais, torta nantesa, que es torta individual con parte de harina de almendras, que me hizo acordar en cierta forma a la tarta de Santiago. Pero tiene dos grandes diferencias: un glaseado por encima que puede ser de distintos sabores (el tradicional es cítrico, pero hay muchos distintos) y que está borracha con run, suave pero en definitiva otro rumbo. Muy recomendable
Los quesos, aceites de oliva y chocolates, además de las galletitas (un poco más industrializadas en esta época) te detienen en el caminar. Destaco la chocolatería Georges Gautier, un negocio para ver en sí mismo.
Iglesias de Nantes
La principal de todas por supuesto es la Catedral de Saint Pierre et Saint Paul. Totalmente restaurada por un incendio que sufrió en sus techos. Eso hizo que pierda valor histórico pero que su frente, en una plaza seca muy abierta, detenida en el tiempo, esté muy limpio, ya que ha sido limpiado durante esos trabajos. Fue iniciada en 1434 y tardó 400 años en ser finalizada.
Otras dos iglesias se encuentran por el centro. La que más me gusto es una algo escondida entre los comercios, aunque su cúpula se encuentra fácil. Es la Iglesia de la Santa Cruz, la más cálida de las 3 que visité.
La última es la Basílica de San Nicolas que quedo más cerca del centro más moderno.
Centro comercial
Toda la zona comercial es para recorrer perdiéndose libremente. Además de los comercios gastronómicos, se encuentran muchas variedades de pequeños locales en hermosos edificios, algunos pocos aun de arquitectura entramada en sus frentes
Algunos edificios de valor histórico se han transformado en comercios, como la bolsa, hoy un FNAC (cadena de electrónica)
Passage Pommeraye
Este pasaje es una galería muy antigua, inaugurada en 1843, que funciona muy bien aun y es una clara muestra de los viejo conceptos comerciales bien mantenidos. Aprovecha los desniveles de la ciudad para jugar con las alturas.
Rio Erdre
Hacia uno de los extremos del centro comercial, lindando con su parte más moderna, está el rio Erdre y sus orillas. Mucho más disfrutables que las del Loire, se puede caminar tranquilamente, viendo los barcos que se usan de bares o casas. Es una hermosa caminata.
Un enigma es como termina comunicado con el Loire, pero a veces mejor jugar con los misterios.
Isla de Nantes
Una isla que no fue unida a las orillas es la de Nantes, sobre el Loire. De hecho, mi hotel estaba en ella. Es una zona tranquila, que a medida que se va recorriendo rio abajo se va transformando de histórica a totalmente renovada, con edificios bajos, muchos son dependencias oficiales, con arquitectura muy moderna, digna de recorrer.
A medida que nos acercamos a la punta que mira hacia el Atlántico (que no se ve), nos adentramos en el muelle de Antillas (Quaie des Antilles). Más allá de que uno ahora sabe que se debe a que ahí se traficaban humanos, hoy es una zona de esparcimiento, con muchos bares, para ver el atardecer justo sobre el rio, actividades en centros culturales y en el futuro, una sucursal de Les Halles, un mercado gastronómico que surgió en Lyon, capital gastronómica de Francia.
Zona Industrial
Hoy no hay fábricas en ella, sino el centro de convenciones. Pero hay un par de edificios industriales muy lindos de ver (no se pueden visitar) relacionados íntimamente con la historia de la ciudad. El principal y más lindo es la torre de la fábrica de galletitas Lu. Como me quedaba entre el centro comercial y mi hotel, fue solo decisión de elegir otro puente para cruzar. Encontré que tiene bares dentro pero no los vi abiertos durante mi estadía.
También acá hay algunos ejemplos de arquitectura moderna que da gusto ver.
Ciudad para visitar en dos días
Nantes me terminó sorprendiendo gratamente. Tiene un pasado más oscuro, pero no lo oculta y trabaja a partir de él.
Te dejé 9 razones para visitarla. Es muy agradable de recorrer, muy activa para el tamaño de ciudad que es y bien vale dedicarle un par de días para descubrir sus delicias gastronómicas y su historia y usarla de base para recorrer el noroeste de Francia.
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