My kind of town, Chicago is

Frankie tenía su vínculo con Chicago también. No solo fue con Nueva York.

Cuando fui la primera vez, me armé un concepto rápido. Es un museo de arquitectura a cielo abierto.

Todo luce. Su downtown es más abierto y más chico en tamaño que el de la Gran Manzana. No por eso es menos ciudad. Pero tiene una escala de visita mucho menor que hace que sientas que la conocés rápido.

Es más americana en su espíritu. Torres y comercios en gran escala todos juntos y zonas más bajas a lo lejos. La hace parecer más humana (salvo un día de invierno ventoso).

Pero basta de comparar. Tiene suficiente personalidad para no tener que compararla con nadie.

Se la puede dividir en varias zonas para recorrer, claramente diferenciadas

THE MAGNIFICENT MILE

La avenida Michigan entre Lincoln Park y el rio Chicago constituye la zona comercial más atractiva y lujosa de la ciudad. Es la que las grandes marcas desean ocupar para mostrar sus productos y que mantiene un movimiento más constante, incluso de noche, ya que hay teatros, torres residenciales, bares y restaurantes para disfrutar.

Tiene varios edificios íconos. El primero que se destaca es el Wrigley, que nació como sede de la fábrica de chicles y tiene cierto aire de la torre de la Giralda de Sevilla.

El Tribune Tower era la sede del conglomerado de comunicaciones y buscaba inspiración en el estilo gótico.

La Water Tower, era una estación de bombeo hacia zona lejanas de la costa y acompaña a la ciudad desde 1866. Es muy extraño ver ese edificio en medio de edificios tan modernos. Tan importante es su existencia (un tercio de la ciudad fue destruida por un incendio en 1871) que le da nombre a la zona.

El John Hanckok es una torre más moderna, es uno de los edificios más altos de EEUU, pero es eclipsada por otros en la misma ciudad. Tiene un observatorio.

THE LOOP

Es la zona financiera y comercial, pero con un toque menos de glamour. Fue la zona más destruida por el fuego, pero renació rápidamente. Se pobló de rascacielos y tiendas departamentales.

Estos dos se unieron en la anteriormente llamada Torre Sears, hoy Torre Willis. Sears fue una gran cadena de tiendas departamentales, hoy en convocatoria y con dudoso futuro, que decidió juntar sus empleados en un edificio, tan emblemático que fue el más alto del tiempo durante 20 años. Fue un fracaso inmobiliario pero un éxito de nombre.

Parecen varios edificios pegados, pero es uno solo. Tiene un observatorio en lo alto, que hace unos años le agregaron tres balcones de vidrios, que valen la visita. Tres de ellos se visitan con la entrada general y un cuarto es para aquellos que contratan las fotos de este, para estar más tiempo y solos. Igual unos minutos de poses y risas alcanzan para sentir lo que es estar en el aire a 412 metros. Aunque te digan que soportan 4 toneladas dentro, juro que deje pasar amablemente solo a un señor “entrado en kilos” por el vértigo que me generaba pasar juntos.

Hay otros edificios comerciales de hermosa apariencia, como el que alberga a Macys (originalmente era Marshall Field), Carson Pirie (hoy Target), con una hermosa puerta de hierro.

Es una dinámica zona comercial, donde la decoración navideña de la época se lucía en todo su esplendor. Por momentos, uno cruza el característico tren elevado de la ciudad.

THE RIVER WALK

Los alrededores del río Chicago permiten distinguir hermosos complejos edilicios, con mucho más espacio que dentro de la ciudad, multiplicando su zona costera pero acercándolos mucho más a la orilla que lo que ocurre en el lago Michigan.

El conjunto más llamativo es Marina City. Dos rascacielos de 1959, de concreto y no de acero y cristal. Su forma circular y ondulante recuerda a mazorcas de maíz. Otro punto característico son sus plantas de estacionamiento que llegan hasta el piso 18, siendo el resto residencial. Debajo tiene amarras. Todo en uno.

Otro edificio llamativo, pero por su tamaño, es el Merchandise Mart. Terminado en 1930 fue el edificio más grande por volumen del mundo por unos años, teniendo su propio código postal. Durante décadas perteneció a la familia Kennedy. Hoy sus primeros pisos alojan boutiques de decoración del hogar (LuxeHome)

A lo largo del rio hay numerosos sectores donde se puede caminar y admirar estas construcciones, tomar un descanso o sacar un paseo un barco. Mezcla sanamente algo de naturaleza con plena ciudad.

THE ART INSTITUTE

Uno de los mejores museos de bellas artes que he recorrido. No solamente por sus excelentes obras, sino también por el simple recorrido de su edificio, ubicación sumamente integrada a la ciudad.

No solo incluye pinturas de altísimo nivel, sino arte decorativo de diversos orígenes. Su escala es humana.

Una de las colecciones más llamativas son las miniaturas de habitaciones, que pueden engañar cualquier cámara.

GRANT PARK

Este parque domina la relación de la zona sur del downtown (Loop) con el lago Michigan. En esta zona se encuentran el Art Institute, el Acuario, el Planetario, el Museo de Historia Natural, todos de altísimo nivel en su rubro según expertos (solo he visitado el primero)

En la parte norte, se encuentra el Millennium Park, donde se encuentra una escultura con forma de pastilla de jabón, toda de acero inoxidable pulido, llamada The Cloud Gate (la puerta de la nube), cariñosamente llamada The Bean (por su forma de alubia)

Parece una pavada ver eso a lo lejos. Cuando te acercas, es absolutamente cautivante la forma en que te permite ver la ciudad de los alrededores, encontrarse entre las distintas distorsiones de imagen que se producen y sacar fotos desde todos los ángulos posibles. Rápidamente se transformó en un símbolo inequívoco de la ciudad. De día y de noche luce siempre.

Junto a ella, obviamente en el invierno, hay una concurrida pista de patinaje.

Se completa con algunas instalaciones y esculturas en los alrededores, así como hermosos edificios que rodean el lado este del parque.

Y no menos importante, COMIENZA (o termina) la mítica RUTA 66.

THE GOLD COAST

Al norte de la Magnificent Mile se encuentra el barrio Gold Coast, una de las zonas más aristocráticas de la ciudad. Pasear por ahí es encontrarse con hermosas mansiones

MUSEO DE LA CIENCIA Y LA INDUSTRIA

No soy un fan de este tipo de museos, muy educativos e interactivos para los chicos, pero que parecen parecerse y tener un techo en el estimulo luego de ya visitar un par.

Hay una diferencia, tiene realmente cosas distintas.

Tiene una mina de carbón, para experimentar el trabajo bajo tierra

Una de las estrellas es un submarino alemán U505 de la Segunda Guerra Mundial.

Hay numerosos ejemplos de elementos de transporte, tan trascendental en la evolución de la ciudad.

Se puede ayudar a crear un tornado, o desviar lluvias virtuales con la sombra de nuestro cuerpo.

UNIVERSIDAD DE CHICAGO

Quizás sin el lustre ni las instalaciones de otras universidades famosas, es un paseo agradable para distinguir las distintas facultades y edificaciones de distintas épocas.

Pero uno de los puntos que más me atraía era ver la Robie House, una residencia privada diseñada por Frank Lloyd Right y fue terminada en 1910.

NAVY PIER

Entre el Lago Michigan y la Magnificent Mile hay un pequeño barrio que termina en el Navy Pier (muelle).

Es una zona residencial, de alto nivel, ya que hay construcciones modernas, que aprovechan la posibilidad de tener una vista infinita de ese lago que parece un mar que mira al norte.

El muelle tiene un centro de entretenimiento, juegos, bares de jazz y lugares de comida al paso. Simpático pero no imprescindible en sí mismo.

OTRAS RAZONES PARA IR

No solo todos estos lugares resultan en su conjunto un significativo paseo. La comida es protagonista con ofertas únicas de la ciudad, como la Deep dish pizza, bastante masa, una salsa de tomate importante, y que se parece más a una tarta casi. A veces, la masa tiene una parte de maíz, por lo que se torna aún más pesada.

Lo que marcaron para mí una sorpresa fue el pop corn, que pensaba una locura hacer 30 o 40 metros de cola en Garrett para comprar una pequeña bolsa, pero cuando se vaciaron al atardecer, finalmente probé y entendí el por qué. Son unas bolas importantes, pedí el mixto de queso (salado) y caramel (dulce) y más allá de lo densos que son, son realmente adictivos.

El jazz no puede faltar en la visita. La ciudad tiene influencias de todo tipo, ya que fue nodo ferroviario de todo EEUU. Y eso mismo explica la diversidad de culturas y etnias. Dicen que cuando se subían a un tren buscando nueva vida, desde cualquier lado de EEUU, llegaban a Chicago. Y así se acentuó esa mezcla de culturas típicas de un puerto.

En definitiva, es una ciudad con mucha personalidad, historia, arte, arquitectura, escala humana pero con la monumentalidad típica americana. Aun así, es una alternativa distinta y atrayente, aun para aquellos que reniegan de ciudades modernas. No se sentirán apabullados ni ensombrecidos. Es la expresión de la modernidad bella.