Seattle está definitivamente atada a la historia de la aviación, siendo sede de Boeing, uno de los mayores fabricantes de aviones de guerra y de defensa.
Al sur de la ciudad, en Renton, entre Seattle y su aeropuerto comercial principal, está el Museo de la Aviación (Museum of Fligtht). Como corresponde, al costado tiene una pista (Boeing Field) y tiene algunas oficinas y plantas de Boeing cerca (no pegada pero cerca está una de las plantas de 737).
No requiere reserva para ingresar y se recorre libremente, abierto en este momento de 10 a 17. Hay algunos tours, simuladores y películas que se pagan aparte, que no visité. Se puede consultar la página www.museumoflight.org
La primer sala es la Gran Galería, que tiene 39 aviones históricos y notables, desde la réplica del primer avión de los hermanos Wright, hasta bombarderos y cazas posteriores a la Segunda Guerra Mundial (incluye, pasando por algunos helicópteros y modelos Boeing (el museo destaca el 100 y el 80).
Se entiende como las primeras líneas estaban orientadas al transporte de correo y no de pasajeros. Y ver los primeros asientos de pasajeros, claramente no daban ni el confort ni la seguridad a las que estamos acostumbrados ahora.
Hay algunos que llaman más la atención como un 727 (una parte del mismo) que fue uno de los primeros éxitos masivos y donde estuvo transmitiendo Van Norden en RadioQV durante la entrega de los premios Freddy. Los lentes lo recuerdan.
Es una gran sala de exhibición, y recomiendo leer los paneles de información, donde se puede conocer como arrancaron algunos servicios, como evolucionó la aviación comercial y datos técnicos, por ejemplo, como se numeran las pistas.
Hay una mención al proyecto Perlan, que nos une, por ser un proyecto de planeador presurizado, que se lanza desde El Calafate por ser el mejor punto para los estudios del mismo y que en estos días está en una nueva etapa en el sur.
Otro sector relevante es lo que sería la primer fábrica de Boeing, el Red Barn, que además de mostrar las herramientas tiene referencias históricas y de como fueron evolucionando los aviones para satisfacer los servicios las grandes líneas del momento, como PanAm y TWA.
Aca les dejo las imágenes de los fundadores de cada fábrica importante de aviones norteamericana. Mucho debemos a estos locos.
La última sala de este lado es la dedicada a la Segunda Guerra Mundial. Ahí se encuentran modelos de todos los países, explicados en muchos detalles. Están ambientados y puestos en forma progresiva de desarrollo. Es notable el cambio en esos 5 años de batallas.
Tiene un sector dedicado al rol de la mujer en la guerra
Del otro lado de la ruta, por un puente, se accede al Pabellón de la Aviación.
Antes se pasa por un sector dedicado al Espacio, con una replica usada para entrenamiento del Transbordador, más algunas piezas reales de la carrera espacial.
Finalmente, lo que completa este hermoso entorno, es este hangar con una colección de aviones totalmente reales que incluyen
el primer Jumbo,
uno de los primeros 787, de los que se usaron de testeo
un Concorde de British Airways. De este me encanta resaltar que distaba del espacio que hoy se relaciona con el lujo y que las ventanillas realmente eran pequeñas. Entre Jumbo y Concorde, realmente había dos conceptos distintos de viaje. Además se puede apreciar como castiga el tiempo con la corrosión.
El primer avión jet Presidencial norteamericano, un 707
Otros aviones como un B39, un B17, 737, 727
Como está tan cerca de Seattle Tacoma, se pueden apreciar los tramos finales de algunos aviones actuales
Es un excelente museo, distinto a los de bellas artes, muy recomendable para chicos y adultos, porque estar al lado de semejantes monstruos o ver algunas aspectos no habituales, como cabinas o aviones que parecen de maquetas solamente, lo hace entretenido.
Para compensar, cerca hay un Ikea para completar el día.
[…] No confundirlo con el Museo de la aviación, del que te contaba en este post http://c1601337.ferozo.com/2018/08/06/museo-de-la-aviacion-de-seattle/ […]
[…] Previous Post: Museo de la Aviación de SeattleNext Post: Portugal, la tierra del fado […]