Para los fans de la Gran Manzana, no es una novedad que volver a Nueva York es siempre una buena idea.
El plan surgió de un metejón. En febrero cumplía años y otra vez era un número redondo. Y como si hicieran falta excusas, aun teniendo planificados todas las vacaciones del año (el Camino de Santiago en abril y Francia y Barcelona en septiembre), el amor incondicional pudo más y me decidí a regalarme cinco días aprovechando el feriado de carnaval.
El viaje se nutrió mucho de la comunidad viajera. Aproveché un descuento de @QuizViajero en el vuelo, los tips de @jmmbw especialmente para elegir que concierto ver, si la Filarmónica de Nueva York o la de Viena (a ese nivel la elección), a partir de una pregunta en un café con @marcostrappi sobre si iba a ir a ver algo en particular.
O directamente en la visita, con el encuentro estelar con @nyagain (si señores, ella misma en su ámbito natural), @familiaviajera y @pm_argentina, para cenar con sus familias compartiendo un hermoso momento. Quien no quiere encontrarse con gente apenas conocida personalmente en el M&M de Times Square? Excelente noche de viajes y chismes (si alguno sintió calor en la oreja, fuimos nosotros, no lo duden)
Lo lindo de ir por vez número 11, es que podés caminar a tu antojo, doblar a derecha o izquierda sin mucho plan, porque en realidad el plan es ese, caminar como pinte. Sabés que Chelsea lo vale, o que el toro te queda cerca y no fuiste nunca de noche y otras decisiones impulsivas por el estilo.
Nueva York siempre te prepara pequeñas sorpresas. Un vendedor de Crate and Barrel me dio un tip sobre adonde comprar café y cafeteras con el mejor asesoramiento, sin importar que él tenía algunos de esos productos y seguro podía comisionar por su venta. Así descubrí McNultys.
O caminando perdido sin rumbo fijo, te encontrás con un café que resultó ser donde se hizo el primer capuchino de la ciudad, que ha salido en muchas películas y que por algo te llamó la atención. Hasta tiene una entrada en Wikipedia.
Una twitera te puede estar siguiendo los pasos de cerca y proponer un almuerzo superentretenido para seguir uniendo vida virtual y real y enterarte de una historia de amor y cariño que me llevó a las lágrimas. Pao, un genio tu marido.
Mientras espero que me alcance Pao, pude recorrer Madison Square Park, descubriendo que esta el Sony Square enfrente y encariñarme con un perrito robot o escuchar una canción que elijo en una habitación preparada con 19 parlantes de sonido exquisito, que quien gusta de la música, no puede perderse. Suena increíble.
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Intenté una segunda oportunidad en mi vida con el Guggenheim, pero definitivamente es un museo más complicado para el ojo y mente menos entrenado. Sigo enamorado de su edificio, pero me cuesta entender sus muestras (en este caso, Hilma af Klint)
No importa, a la salida, el Central Park nevadito de toda la noche, por si le faltara blanco en esta época, me arranca sonrisas de alegría total. Emoción de entrañas. Envidia de una belleza urbana que siempre me seduce. Encontrar muñecos de nieve invita a selfies nuevas.
Me divertí con las reacciones increíbles por una batidora tuneada. Objetos de placer cotidiano si pudiéramos destinar ese dinero ilógico a unas flores pintadas.
Al pasar por el Fashion Institute, había una muestra gratis de sombreros diseñados por alumnos. Por qué no entrar a ver algo que nunca te preocupó si el tiempo no apremia. Además, había unos personajes muy serios hablando de como preparar otras muestras posteriores. Muy bueno escucharlos.
También puede pasar que el día que decidís ir al Chelsea Market esté cerrado y que el nuevo Starbucks Reserve Roastery este con cola a full. Peros siempre se puede pasar otro día, cuando las ganas de tomar la sopa de langosta más rica son más fuertes. No importa la hora, el lobster bisque o el clam chowder de The Lobster Place son un placer necesario.
El paseo por Washington Square me llevó hasta donde los alumnos pululan por la calle es ese campus callejero que es NYU (New York University), aunque el cartel de bienvenida a la clase 2023 te puede deprimir un poco.
Nunca falla pasar por el Rockefeller Center o por los mercados de la mágica Grand Central Station. O solo entrar al lobby del Empire State.
Y el comercio siempre está por cualquier lado, para ver conceptos nuevos, vivir lo que se dice la experiencia máxima de compra. Aunque no compres. Niketown se muda tres cuadras para lucir mejor, H&M te lanza su línea home o una tiendita te ofrece la sensación de boutique europea. Ni hablar de un mercado artesanal en pleno Soho. O sus delis, con propuestas gastronómicas de todo tipo. Todos tratan de llamar la atención.
Ni hablar de una muestra de Wharhol en el Whitney que te permite en escala humana disfrutar el arte americano. Hermoso museo que ya tendrá post propio.
Punto máximo fue la función de la Filarmónica de Viena en el Carnegie Hall. Javo, te debo esa recomendación por siempre. Ah, ya lo dije? No importa.
Tiene sus señas particulares. Una que me encanta son los tanques de agua. Lucen como parte del paisaje. Invito a descubrirlos siempre. Si nunca les prestaron atención, van a comenzar a quererlos en la próxima visita.
Nueva York en su conjunto tiene algo, es una ciudad que me seduce en sus cambios, sin perder la esencia. Es la definición de antigua modernidad. Porque todo parece que siempre estuvo ahí y hasta lo adelantado a su época se funde con el pasado. Las diferentes densidades históricas pasan a formar uno solo.
Tiene detalles, vanguardia, paisajes, snobismo, colores, música, comercio, historia, arte, amistad, todo lo que uno puede necesitar de una ciudad y en el nivel que lo quieras disfrutar. Evolución permanente en una comunicación constante con el mundo. Una jungla que se puede recorrer infinitamente. Imponente en todo sentido desde siempre y quizás para siempre.
Como no querer volver una vez más. Siempre hay algo pendiente. Ya llegara la docena y seguiremos aun. Cuando de Nueva York se trata, lo mejor siempre está por venir.
Increíble post! Estuve la misma semana que vos y fui siguiendote un poco los pasos hasta terminar comprando unas velas de H&M Home!
Saludos.
te juro que me quede con ganas de traer unas porque me parecieron buenisimas. Pero vine un poco al limite. Fue ayuda on line sin querer. Gracias por el comentario
Gran post! Variado y entretenido como nos tenés acostumbrados a los lectores!
Haber compartido parte de la 11va. visita «en vivo y en directo» no tiene precio (para lo demás, existe Mastercard!)
Que se repita pronto!!!
ese nombre me suena conocido!! No es lo mismo conversar en NY que en Bs As, aunque aca esta todo bien tambien jaja. Un placer los encuentros
Buenisimo post, Raspando!
Sabía la historia del por qué de los tanques. Tenáin que ver con un gran incendio que hubo, pero me la olvidé, en algún lado la debo tener.
Prometo buscarla y pasártela por twitter al menos
Alguna explicacion tiene que haber que sean todos parecidos. Y quedan lindos. Seguro alguna regulacion de las que ponen en la ciudad. Una vez vi un poster de fotos y me enganche
Impresionante!! Me encantó!! Felicitaciones Raspando el Mapa.. fue como viajar sin viajar.. por lugares conocidos pero distintos y mucha novedad…
Gracias Sandrita!!!
Raspando el Mapa! Gran entrada! Acabo de publicar mi visita a NYC, busqué si otras personas escribian sobre lo mismo y me topé con tu blog. ¿11 veces en Nueva York? Impresionante. Acabo de estar ahí hace un par de meses y solo quiero regresar. Nos muestras lugares diferentes fuera de la agenda de un primerizo en la ciudad. Cuando regrese, iré algunos de los lugares que mencionas. Un gran abrazo.
Gracias. Te deje un comentario en tu post porque me pareció que te sumaria mas ahi