Cuando fui a la primera reunión que organizó Juano allá por 2018, no pensaba hacer el Camino de Santiago, iba por onda a ver el entusiasmo de otros y saludar a Mama Flyer
Cuando termine el primer camino en 2019, afloraron tantas cosas y el cansancio fue tanto, que no pensaba en hacerlo de nuevo cuando ya todos mis entusiastas compañeros estaban poniendo fecha.
Con la pandemia y la evolución final de mi papá, más un procedimiento cardiaco que tuve que hacerme, no pensé que las vacaciones “normales” incluirían hacerlo de nuevo y sólo
Pero a veces hay que dejarse llevar por la corriente y yo, planificador en esencia, dejar algunas cosas que se dieran si se podía. Y se dieron.
Mi prima, la que nos visita siempre sin avisar (literalmente, le toca el portero a mi hermano en Rosario y le avisa que está en Argentina), justo vino un par de meses antes de mi partida y me terminó confirmando que el tramo gallego de las vacaciones tendría su habitual hospitalidad. No lo dudaba pero dejaba un margen a que la pandemia nos hubiera cambiado un poco en los resguardos que cada uno toma.
Así esta vez terminó siendo un ejercicio totalmente diferente sobre como encarar el Camino.
Primero fue reducir un día los 6 recomendables para la longitud de lo que iba a hacer, para poder pasar un día más con la familia. Lo hice haciendo los 3 primeros habituales tramos en dos. Todo tiene su precio pero eso quedara para los posts de las etapas.
Lo otro fue ver alojamiento por mi cuenta. Usé el viejo y querido Booking, que si bien no tiene la gran variedad, me permitió conseguir alguna joyita y no defraudó.
Saldría del lado español de la frontera para evitar cualquier complicación con los requisitos de ingreso a Portugal (al momento ni existieron, pero había que definir antes)
El transporte hasta el arranque lo dejé para resolver una vez en Pontevedra, de donde es mi familia. Tui, el punto de partida es relativamente cerca de Vigo y hasta un tren + taxi tenía lógica.
Esta vez tenia que cargar la mochila yo, con algo de trampita. Como en la segunda noche de camino, dormía en lo de mi prima en Pontevedra (en casa, como digo allá), cambiaba ropa limpia por ropa sucia, y no tenia que llegar los 5 dias de cambios. Igual se nota.
La credencial para sellar, que tanto nos importaba como conseguir incluso desde Argentina en el primero, la termine retirando de la estación de policía en Pontevedra en esos dos días de tramites previos, cuando en la oficina de turismo me comentaron que la daban gratis ahí.
Así, sin más nada, estaba armado.
Un nuevo Camino. Sin tanto preámbulo, en Año Xacobeo, con la experiencia del primero y la ansiedad del nuevo.
Espero el próximo para empezar a hacer preguntas. ?
Podes “interrumpir” cuando quieras jaja
Pensé que querías verme a mi, no a mi mamá
La realidad es dura a veces