Bath es conocida desde tiempo inmemoriales por sus baños termales. Comenzaron siendo celtas, en forma de santuario dedicado a Sulis, donde se tiraban una laminas de metal, con maldiciones hacia los que se comportaban incorrectamente, para que le llegara el mensaje a la Diosa.
Cuando pasó a dominio romano, no perdió la referencia a esa diosa celta y pasó a llamarse Aquae Sulis. Sus baños eran muy populares en esos tiempos, y en sus piletas se encontraron miles de monedas en ofrenda a Minerva (como se siguen tirando monedas a las fuentes)
Los baños fueron decayendo al ser abandonados por los romanos, para volver a resurgir en el siglo XVII, siendo restaurados cuando la sociedad inglesa volvió a apreciar las ventajas de estas aguas termales.
Hoy es uno de los viajes favoritos por el día que se hacen desde Londres, pero aseguro que lo mejor, si es posible, es pasar una noche al menos para experimentar esta hermosa ciudad una vez que el 95% de los turistas se van. Como siempre la ciudad es otra.
Volvamos al complejo termal romano. Es impresionante. Tiene secciones dedicadas a exponer los templos consagrados a Sulis Minerva principalmente (por sus propiedades curativas, relacionaban las aguas con los dioses).
La principal atracción es el Great Bath (Gran Baño), una enorme pileta cubierta de láminas de plomo y que en su momento estaba techado. En su alrededor hay recreaciones de la época y actividades recreativas (en la página www.romanbaths.co.uk ofrecen clases de tai chi)
Otra pileta importante es la Fuente Sagrada, donde está la fuente continua de agua (entran mas de un millón de litros diarios de agua diariamente a 46° naturales). Desde aquí se reparten los flujos hacia los otros recintos y el rio Avon mismo. Los flujos de agua están descriptos en el museo.
También hay saunas y vestuarios dentro del complejo.
OTROS ATRACTIVOS
Solo la visita de este recinto termal valdría la pena, pero la ciudad tiene más para disfrutar.
El Royal Crescent es un edificio semicircular de casas aterrazadas, sobre un jardín privado, mirando al Victoria Park. Del siglo XVIII, se alquilaban para la nobleza cuando venían para la temporada. Una de ellas, la 1, se puede visitar (no se permiten fotos)
Otro conjunto edilicio de la misma época es The Circus, muy cercano al anterior. Son 3 edificios de casas simétricas, que rodean una plaza.
Las Assembly Rooms, también del siglo XVIII, eran los halls que se usaban para actividades sociales, como bailes, juegos de cartas y espectáculos de música. Se pueden visitar gratuitamente. Y cuando fui, me tocó la suerte de estar siendo preparados para un probable casamiento.
La Abadía, ubicada junto al complejo termal, comenzada a construir en 1499, fue la última iglesia medieval construida en Inglaterra. Luce más por su exterior que su interior, pero el techo de la nave principal merece una visita a la misma.
El centro de la ciudad se desarrolla rodeado por el Rio Avon y como corresponde, tiene un pequeño parque en su parte principal.
El Puente Pulteney se aprecia como tal desde el exterior, pero cuando se cruza, parece una calle comercial normal.
El Victoria Park quedaba de camino entre el centro y mi alojamiento y los dos días que estuve por ahí, era un placer cruzarlo.
STONEHENGE
Desde Londres se pasa por Stonehenge, el complejo neolítico, de funciones inciertas, asociado a la astronomía y la religión. No es solo el famoso conjunto de piedras, sino que se pueden apreciar las avenidas ceremoniales. En los stores de Google y Apple se pueden bajar la app que sirve de guía en la visita.
ALOJAMIENTO
Un punto aparte fue el alojamiento en mi estadía, en Marisha´s Guest House, que además de su super amabilidad, grandioso desayuno y hermosa habitación, me hicieron el gran favor de enviarme algo que olvidé en la habitación a mi hotel en Londres sin cargo (el viaje fue en 2014 y siempre lo agradezco). Los 30 minutos de caminata al centro, se pasan volando.
No dejen de pasar por Bath, es un buen punto de parada hacia Gales y la tranquilidad de la tarde sin turistas es un plus indescriptible.